¿Es más saludable el pan sin gluten que el pan común?
El pan es y ha sido siempre el alimento por excelencia, por lo que, para personas celiacas, limitar el consumo de este producto se puede convertir en un fastidio. Gracias a los avances en tecnología, hoy en día se puede producir pan sin gluten y es relativamente fácil encontrarlo en la mayoría de supermercados.
Debido a esta posibilidad, surge en la población general la idea de si el pan sin gluten es más saludable, ya que, el hecho de que a un producto se le retire algún componente y se comercialice como tal, crea en el consumidor una sensación de “producto saludable” únicamente por el hecho de haber eliminado un elemento de su composición.
Nada más lejos de la realidad, hay que saber que el gluten es un componente con un alto valor tecnológico, pero un escaso valor nutricional. El beneficio que aporta el gluten, en este caso al pan, es el aporte de elasticidad, palatabilidad y textura masticable, lo cual resulta en un alimento satisfactorio al paladar, además de aumentar su vida útil.
Debido a ello, la producción de pan sin gluten se convierte en un auténtico desafío tecnológico, y los fabricantes tienden a depender de ingredientes como las harinas refinadas de arroz, papa o tapioca, las cuales contienen una menor cantidad de proteína y fibra que las harinas de trigo, además de un contenido muy pobre en nutrientes como el hierro, vitamina B y ácido fólico, entre otros.
Diversos estudios constataron que el 46% de personas que consumen pan sin gluten lo hace por razones distinta a la enfermedad, y alegaron que sus principales motivaciones al comprar este producto consistían en el deseo de consumir menos ingredientes artificiales y la creencia en que les ayudarían a perder peso.
Esas razones no tienen ningún fundamento, puesto que además del menor valor nutricional del pan sin gluten ya comentado, muchos fabricantes se ven obligados a agregar sal, azúcares y otros componentes adicionales para mejorar su sabor, lo cual lo hace aún menos recomendable si no presentas enfermedad celiaca.
Así pues, la mejor recomendación para las personas celiacas es consumir productos que por naturaleza no contengan gluten, lo cual les va suponer una dieta nutritiva sin dejar de seguir su tratamiento. Y, respecto a las personas no celiacas, si pretenden seguir una alimentación equilibrada, el consejo es reducir las grasas y productos procesados, y aumentar el consumo de frutas y productos naturales, sin dejarse llevar por modismos o información no contrastada.
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